La última vez puse foco en la demanda, en el cliente. Hoy quiero centrarme en la oferta, en el impacto de las tecnologías, y especialmente el de las tecnologías de la información (IT), en la evolución y generación de nuevos modelos de negocio. Las nuevas tecnologías no solo cambian la forma en la que trabajamos, sino también la manera en la que generamos y distribuimos valor para nuestros clientes y recuperamos parte de ese valor en forma de ingresos, márgenes y resultados.
La evolución tecnológica, la de las tecnologías para la información y la comunicación (TIC) de forma específica, y especialmente la combinación simultánea de distintas tecnologías, han posibilitado y facilitado la generación, crecimiento y despliegue de nuevos modelos de negocio:
- Productos digitales: Información y conocimiento paquetizado en formato digital y accesible a golpe de click (contenidos formativos, libros, etc.).
- Servicios online: Está cada vez más normalizado que distintos servicios de formación, consultoría, diseño gráfico, programación, etc. se ofrezcan online.
- Software as a Service (SaaS): Hace años (me estoy haciendo mayor 😉 ) lo habitual era adquirir licencias para poder usar software pero hoy en día es la excepción. En la inmensa mayoría de casos se ofrecen aplicaciones y servicios en la nube a través de suscripciones.
- Plataformas: Espacios que conectan a personas (Peer to Peer, P2P) para compartir recursos, como música en su momento (Napster), alojamiento (Airbnb), transporte (Uber) o para intermediar y casar oferta y demanda de contenidos en streaming (Spotify, Netflix) o de casi cualquier cosa que se nos ocurra (Amazon).
- Creación de contenidos: El incremento de la demanda de contenidos online ha posibilitado la monetización de actividades como blogs, vídeos o podcasts.
- Eventos online: La pandemia “normalizó” la organización de webinars, conferencias virtuales y talleres online.
- Afiliación: Cada vez es más habitual cobrar comisiones promocionando online productos o servicios de terceros.
Sin ánimo exhaustivo (surgen nuevas oportunidades cada día), hay otros modelos de negocio, no tan extendidos aún, pero que están evolucionando de forma pareja al desarrollo de algunas tecnologías clave:
- Internet de las cosas (IoT): La interconexión de dispositivos a través de Internet está generando nuevas oportunidades de negocio. Desde wearables (relojes, pulseras, gafas… inteligentes) hasta sensores en productos o instalaciones industriales, el IoT permite recopilar datos clave en tiempo real para su análisis y toma de decisiones, en algunos casos automáticas, sin intervención humana. A modo de ejemplo, hay compañías de seguros que ofrecen pólizas personalizadas basadas en el seguimiento a los hábitos o comportamientos de personas o de sus vehículos.
- Personalización de servicios y experiencias: La inteligencia artificial o IA permite analizar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en patrones y tiene múltiples aplicaciones (una que me ha llamado la atención, al parecer, es la potencial traducción entre humanos y animales). Son cada vez más empresas las que utilizan inteligencia artificial generativa para personalizar la experiencia del cliente o usuario, ofreciendo recomendaciones específicas y adaptadas a cada caso. Desde asistentes virtuales hasta sistemas de recomendación, la IA está transformando la forma en la que interactuamos con proveedores de productos, servicios o soluciones.
- Contratos inteligentes: La tecnología blockchain es conocida sobre todo por su aplicación en criptomonedas como Bitcoin, pero tiene otros usos relacionados con la trazabilidad y generación de confianza, como los contratos inteligentes. Son programas que se ejecutan de forma automática, sin intermediación, cuando se cumplen condiciones predeterminadas en un acuerdo entre las partes.
- Impresión 3D: La tecnología no es nueva y se aplica desde hace años en prototipado y series cortas. Las tensiones en cadena de suministro vividas en los últimos años han reforzado el rol de la impresión 3D en distintos materiales como alternativa de fabricación distribuida geográficamente, en los eslabones de la cadena de suministro y en el tiempo.
- Robótica avanzada: Los robots nos acompañan desde hace décadas en plantas productivas. La combinación de robots con avances tecnológicos en sensórica, conectividad, visión artificial e inteligencia artificial, entre otros, hace posible la instalación de sistemas autónomos y flexibles de carga y descarga de maquinaria a importes «asequibles».
- Genética: La combinación de la reducción en el coste de una secuenciación de ADN (de más de 100M $ a inicios del siglo XXI a menos de los 1.000 $ actuales), unida al desarrollo y expansión en el uso de la tecnología de edición genética CRISPR están posibilitando el desarrollo de terapias genómicas «asequibles».
- Energías renovables: En este caso también la posibilidad de generación de nuevos modelos de negocio va unida a la madurez y reducción de costes de las tecnologías de desarrollo de energía renovable. La instalación de sistemas de mini generación y almacenamiento distribuido de energía está creciendo en la medida en que su viabilidad económica y retorno de la inversión son cada vez más evidentes.
- Ciberseguridad: Una mayor conectividad, con todas las ventajas que trae, también conlleva una mayor exposición a riesgos de ciberataques y el coste generado por actividades de crimen cibernético no para de crecer. En este contexto, las previsiones de crecimiento y las oportunidades de negocio de actividades ligadas a servicios y soluciones de ciberseguridad son prometedoras.
En resumen, la innovación tecnológica está en constante evolución y favorece la adaptación y generación de nuevos modelos de negocio que no serían viables sin el avance de la tecnología. Las empresas que comprenden (comprendemos) el potencial impacto de una nueva tecnología y la integran (integramos) en sus (nuestros) modelos de negocio tienen (tenemos) la oportunidad de mejorar la eficiencia, ofrecer un mayor valor a sus (nuestros) clientes y diferenciarse (diferenciarnos), aunque sea de forma temporal. Y las que no se adaptan (nos adaptamos) y evolucionan (evolucionamos) a la velocidad requerida ante un entorno digital cada vez más dinámico… pues suerte.
Imagen creada por Microsoft Copilot GPT-4 con tecnología de DALL·E 3